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Las 5 mañas de los constructores

Foto del escritor: Erik R. Gonzalez Diaz BarreiroErik R. Gonzalez Diaz Barreiro

Actualizado: 14 ago 2020




Construir una casa nueva puede ser un proceso desgastante o disfrutable, dependiendo de las expectativas que uno tiene antes de iniciar el proceso. Una manera de controlar esas expectativas es con la cantidad de información que uno busca o recibe de personas que han pasado por lo mismo. En general hay una noción negativa alrededor del constructor o arquitecto para emprender el proyecto de una casa nueva y esto es resultado de una de dos sopas: la poca ética del constructor o la falta de claridad en los alcances en el proyecto, este último provocando falsas expectativas.

En este articulo quisiéramos hablar de las mañas o falsas promesas de constructores con poca ética en su trabajo:

1. Cobrar la construcción por metro cuadrado. Una construcción conlleva multiples especialidades y proveedores, y no se puede encajonar en un solo precio por m2 como si estuvieran vendiendo un auto fabricado de forma industrial. Muchos contructores se bajan los chones al principio para amarrar el proyecto, solo para dejar las broncas al final (lo hemos visto muchas veces!!). Cuando un constructor te cobra solo por m2, puede pasar una de dos cosas: si es muy barato lo hace para encandilarte el ojo, cuando en realidad tiene un serio problema de administración interna que solo quiere cobrar un anticipo para cumplir el finiquito de otra obra. Será muy probable que al final de tu obra habrá retrasos considerables o poca gente, porque está buscando otro contrato para poder terminar tu proyecto y asi se va. La otra opción es que te dé un número alto, protegiéndose con un 25 o hasta 40% para absorber imprevistos, que en realidad los terminas pagando tú.


2. Regalar el diseño. Cuando un constructor te regala el diseño, puede suceder dos cosas, o lo esta incluyendo en el costo de la construcción sin que lo sepas, o el diseño no estará hecho con la debida dedicación. Estará hecho solo para salir del paso, resultando en una casa mal diseñada o con un montón de información inexistente para una correcta cuantificación en el presupuesto. Cuando esto pasa, es común improvisar en el camino durante la construcción pudiendo ocasionar retrasos, dejar detalles “raros” o gastar más de lo estipulado.


3. No tener un supervisor preparado. Lo bueno cuesta. Si no hay un arquitecto o ingeniero involucrado en la construcción, estas empezando con el pie izquierdo. Un profesional preparado, con experiencia, vale su peso en oro. Sabrá leer planos, dar órdenes a los diferentes proveedores, dar seguimiento, cuidará detalles, y sobre todo, administrará la obra de tal manera que no haya sorpresas y se respeté al máximo el diseño y el presupuesto original.


4. Cuantificaciones ocultas en el presupuesto. Una cotización seria debe incluir un catálogo de conceptos correctamente cuantificado, especificando cada elemento estructural, calidad de acabados, metrajes de recubrimientos, etc. Este catalogo puede ser compartido con más de un constructor para poder comprar precios unitarios. Pero hay ciertos conceptos que un constructor “listillo” puede modificar a su favor, sabiendo que un cliente no podrá medir con exactitud. Y esto se da a la hora de cuantificar por ejemplo, metros cúbicos de excavación y profundidad de zapatas. Puede qué, comparando precios unitarios, tenga los precios mas bajo en todos los demás conceptos como “muro de block, enjarres, empastados, etc” pero cuando cotiza la excavación por ejemplo, puede fácilmente duplicar la cantidad de m3 para compensar los precios bajos de otros conceptos, al cabo es algo que uno no puede medir tan fácil en un plano.


5. Malas decisiones para economizar. La mejor construcción es la que contempla el tiempo futuro. (Casi) todas las construcciones recién terminadas se ven hermosas, el porcelanato se ve impecable, la madera natural en la fachada luce espectacular, el gran volado de la terraza sin columnas deja sin palabras a tus invitados en el Open House. Pasan 6 meses, y el porcelanato se empieza a ver despegar. Pasan 2 meses más y la madera en la fachada ya se la comió el sol. Tres meses después la losa de la terraza está pandeada. Un año después tienes humedades en la losa de azotea, y se logran distinguir las nervaduras de la losa en el cielo de tu recámara. Todo porque no se preparó bien la superficie antes de usar el adhesivo correcto para el porcelanato, o se eligió una madera blanda que no está hecha para uso en el exterior, o no se usó la varilla adecuada para lograr el volado correcto.


En fin, un sin número de situaciones incomodas y costosas se pueden ahorrar cuando se contrata a expertos que conocen sobre los materiales y procedimientos adecuados para que una construcción dure en el tiempo y tenga bajos costos de mantenimiento. Una buena construcción nunca será barata. Debemos tener siempre la expectativa de que la calidad cuesta, y no sólo hablo de calidad en los materiales o procedimientos de construcción, sino en la calidad del servicio de un profesional que usa su tiempo y su experiencia al servicio del cliente, cuidando en todo momento su inversión y patrimonio.

Erik R. González, es Director de Proyectos en Arquitectos Inc.

erik@arquitectosinc.com

 
 
 

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